No le temáis a la muerte,
Ni pretendas conocer,
En que lugar del camino
Es que habrá de suceder.
Ni os sintáis abrumados,
Por lo que es desconocido,
Cual Sócrates condenado,
A su ya mortal destino.
Que no hay ser viviente,
Que escapar pueda ahora.
El escéptico, el creyente,
El ateo, el que adora.
El cobarde, el valiente,
Todos tienen su hora.
Osvaldo A. Cuello Videla - 2015.