La madre naturaleza

A cada uno natura
Le ha dado una habilidad,
Al tiburón fortaleza,
A las aves les dio el vuelo,
Al oso le dio su pelo
Con el que abrigado está.

Al zorro le dio la maña,
Al camaleón sus colores,
Al águila le dio alas,
Y al hombre le dio su alma,
Le otorgó el libre albedrío
Y el uso de la palabra.

Cuanta envidia que me da
La madre naturaleza,
Al elefante la fuerza,
Al chita velocidad,
Al mono la agilidad,
Y al león la valentía.

A las flores su alegría,
Al agua le dio pureza,
Al hombre la inteligencia,
El dinero y la pobreza,
Los pecados capitales
Cuando inventó la pereza.

Cuanta envidia que me da,
El perro con su amistad,
Que toda la vida entrega
Por complacer al humano.
Mejor que cualquier hermano,
¡Tener tanta honestidad!

Al cielo le dio las nubes
La madre naturaleza,
Y al hombre le dio valores
Con que corregir errores,
Cuando inventó las injurias,
De dañar a los demás.

Cuanta envidia que me da
El gorrión que con su vuelo,
Disfruta los resplandores
Del inmenso amanecer.
No ser gorrión y volar,
¡Tener tanta libertad!

La ilustre naturaleza,
A cada uno, un destino.
Pero al hombre sus ideales,
Prejuicios, clases sociales,
Colores, razas y géneros,
Para que sean desiguales.

Cuanta envidia que me da
La tortuga y su paciencia,
Llevando su casa a cuestas,
Que aunque parezca cautiva,
Le permite vivir más.
¡Tener cien años de vida!

Y en nombre de lo social,
Impuso el hombre sus reglas,
Las cárceles y las penas,
El castigo es solo humano.
El hombre inventó la guerra,
Para matar sus hermanos.

Cuanta envidia que me da,
Cualquiera de las especies
Que Dios puso en esta tierra,
Sin tener inteligencia,
Todos cuidan por igual
Su propia supervivencia.

Y sin embargo nosotros
Los entes aventajados,
Perspicaces e ilustrados,
Nunca tenemos cuidado,
De lo que puso en la tierra
La madre naturaleza.

Los seres inteligentes,
Poseedores del legado
De ser los más negligentes,
Los dueños de la vergüenza
De destruir el planeta,
¡Así será nuestra herencia!

Osvaldo A. Cuello Videla - 2011.