Cuenta la
leyenda que… “Había una vez un ratón…” que estaba siempre angustiado porque le
tenía mucho miedo al gato. No podía vivir tranquilo porque siempre estaba al
pendiente de que el gato no estuviera cerca y el pánico no le permitía vivir en
paz.
Un día decidió
ir a ver al mago para que le diera una solución y el mago se compadeció de él y
lo convirtió “…en un gato”
Luego empezó a
sentir miedo del tigre, y de nuevo fue con el mago quien lo convirtió en un
gran tigre, pero al poco tiempo el ratón convertido en un fuerte tigre comenzó
a temer al cazador.
De nuevo fue con
el mago y el mago se dio por vencido y le dijo tengo la solución a todos tus
problemas, cierra tus ojos un instante y cuando el gran tigre volvió a abrirlos
el mago lo había convertido de nuevo en un ratoncito tierno e indefenso.
Y el ratón le
dijo: -Pero… ¿Qué has hecho? ¡Soy un
ratón de nuevo!
Y entonces el
mago le respondió:
-Nada de lo que haga por ti va a servirte de
ayuda hasta tanto no aprendas que: “No es a tus enemigos a quien has de temer,
sino a tus propios temores. Si no vences tus miedos, aunque te convierta en un
dragón siempre tendrás el corazón de un ratón…”